sábado, 25 de enero de 2014

CONSULTORIA CON DON DE GENTE

Cómo debe ser el consultor para su empresa o negocio. Algunos aspectos claves para que su elección sea la correcta.

Muchas MYPES y PYMES en algún momento han tenido u tendrán  la necesidad de buscar ayuda externa para la organización, de encontrar una buena asesoría empresarial que les dé al menos un consejo profesional y asertivo en alguna problemática que presenten sus empleados o su negocio, y es en ese momento cuando los asaltan varias dudas, ¿cómo debe ser un buen perfil de un consultor o asesor empresarial, será el indicado, lo que cobra está bien y es lo justo, sus consejos traerán buenos dividendos?, pues bueno, he aquí algunos factores que se deben tener en cuenta a la hora de realizar esa sabia elección.
Primero que todo, y espero no aguarles la fiesta, esa persona antes que nada debe tener don de gente o carisma y un alto contenido de humildad, esto lo digo ya que en la mayoría de los  MYPESstrong> y PYMES sólo se preocupan porque el consultor dé garantías económicas, y si éste muestra cierto poderío económico o un alto estrato se dejan deslumbrar por sus gestos intelectuales y hasta por su vocabulario rebuscado, técnico y mercadológico.
Se debe comprender que la labor del consultor cualquiera que sea la problemática empresarial es una actividad netamente social, sobre todo porque él es un factor externo a la organización y sólo desde la buena interacción que éste tenga con el recurso humano podrá impartir mensajes y consejos positivos que sean luego acatados y aplicados con mayor facilidad; lo que lleva a fijarse en la ética y en la reputación profesional del consultor, sólo con estos elementos se logrará la confianza para la buena comunicación con su organización o empresa.
Prescinda siempre de las actitudes egocéntricas y excéntricas, no son cualidades que permitan elevar el nivel de capacitación, ni mucho menos la transmisión del conocimiento. La consultoría como labor social no debe prometer dar solución a todo, debe centrarse en un objetivo específicamente para poder hacer entrega del diagnóstico y dejar claros los compromisos a seguir para la obtención de los nuevos objetivos.
Dude siempre del consultor o de la empresa asesora que ridiculice o desacredite a su competencia, y más de quien habla mal de los otros consultores que no dieron resultado al caso que su empresa le está presentando; recuerde que las ventajas competitivas para que sean efectivas deben ser bien estudiadas sin prejuicio alguno.
Lo más probable sea que algunas de las propuestas hechas por el consultor vayan en contravía e intervengan con el sistema organizacional e interrumpan en las labores de los empleados, desista en contratar al asesor que no permita la opinión o colaboración suya o de sus empleados, sobre todo porque éste, desde su propuesta estratégica, debe propender siempre por el trabajo en equipo.
Por último, desconfíe del consultor que para iniciar un diálogo con usted siempre debe hablar de lo que hizo en otras empresas. Recuerde que la labor de la consultoría es una acción social y ética y para nada egocéntrica, al fin y al cabo usted es quien acude al consultor, ya su reputación profesional ha hablado por él, y este no va de empresa en empresa buscando quien tiene algún problema.

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